Que el lado izquierdo de mi cama
no lo posee tu cuerpo
ni el calor del sol cuando entre en la ventana
toque tanto lo que es nuestro.
Es una lástima que las horas sean gratis
si todavía jugamos a escondernos
y los minutos le cobran a nuestros pellejos
lo que tardamos tanto en vernos.
¿Quién tendrá la cura para esta epidemia de tristeza?
tan pequeño que es el mundo y tan grande lo que siento.
¡¡Pero es una lástima que no la tenga!!
dijo un árbol sollozando
mientras desprende pétalos a sus rosas
preguntando si nos queremos.
¿No sientes lastima estar sentada leyendo esto?
Si algún día si te tengo y por huraño digo que no quiero hablarte
estaré mintiendo porque en silencio es como quiero contemplarte.