Ayer todo era de piedra,
montábamos elefantes rosas
y construíamos fantásticos
castillos de papel
con la seguridad
de que nada podría derribarlos.
Hoy inesperadamente
todo es incertidumbre,
navegamos en el pantano
de una pandemia
y dormimos con la muerte
arrecostada a nuestros huesos
con la seguridad del péndulo,
donde se columpia el mañana
entre las palabras que brotan
de nuestras manos
y la fortaleza que nace
de la oración sincera.
William Irving Howard Lòpez,
Nicaragua, C.A.