lúdico

Daimónico y Falible

Tomo la referencia de un viejo libro que nunca he leído, pero que se me revela en pesadillas, o en el fondo del espejo retrovisor, cada vez que las carreteras nocturnas abren sus fauces en la mutual soledad que atrae el insomnio; elucubraciones tentativas o efecto de una cognición desorientada.
Definió Platón a los Demon, como mediadores entre las deidades y los mortales. Quizás, este hecho clarifica el enigma del porqué Hesíodo, fue capaz de narrar en versos las circunstancias de su muerte. El Simple hecho premonitorio de los acontecimientos, ya por sí solo sería meritorio y harto suficiente para impresionar a las más conspicuas banderas del pensamiento universal,pero aún más trascendente y notorio, sería plantear una hipotética descripción de su propio fenecimiento, después de haber muerto.
Siglos después, los historiadores hallaron consenso y acordaron cuantificar al menos un acto consumado de resurrección, afortunadamente, la historia carece de la retroactividad, que la ligereza de los hombres da a las leyes, en su afán de resucitar brotes de justicia muerta,
Los nuevos descubrimientos, no inciden sobre el pasado, —no lo cambian— aunque alteren las visiones presentes y a futuro.
Las artes, como componente indivisible de todo periodo, adquieren, en consecuencia naturaleza metahistorica, quedando eximida de la mortal caducidad adolecida por la técnica y algunos postulados científicos (no todos) que deben someterse a continuos procesos de revisión para constatar su vigencia. ya que son susceptibles de obsolescencia, aun manteniendo los principios básicos de su sustento.
No intento para nada descalificar las virtudes de una disciplina ante la imperfectibilidad de la otra, perpetraría una insensatez y una imprudencia; solo que,de ambas me he servido, y también creo, haber prestado mi modesta contribución, a las dos con la mejor de mis quebrantables voluntades, a tal punto,que me permite ver con claridad en el mundo de las artes, una propiedad daimónica;capaz de interferir todo lo que subyace bajo el umbral de la conciencia. Y en la ciencia, una irrebatible infalibilidad en todo cuanto es tangible, creo que en el momento que la proyección de ambas se equilibran , la paz encuentre un lecho tibio en las alcobas del espíritu.