Me desvanezco entre la bruma de soledades inminentes
buscando un faro que ilumine este naufragio
y no consigo más que lluvias torrenciales
entre tormentas insipientes y abismales.
Si pido ayudas no consigo que derrumbes y destrozos
si muerdo el polvo no levantó ni los pies de mi barranco
y ya no ando
mas que arrastrando mis delirios por la vida
y está vencida la victoria fraudulenta
No queda nada de un augurio manifiesto
tan sólo el paso muy pesado y genuflecto
y está apatia...
Ay apatía despedazando voluntades sin piedad
y la bondad
no es más que farsa solipsista y engañosa
y es espantosa
mi sonrisa que, forzada, es una mueca
desajustada.
Gran fogarada
de lamentos y quejares
que nadie escucha y que no quieren escuchar
porque es verdad que la tristeza es contagiosa
y algo dolosa.
Tragicamente
se desvanecen mis ambiciones de sentirme nuevamente
parte de un mundo
que desintegra todo sueño en humaredas
sin más sustancia
que las cenizas de un posible advenimiento.
Y el descontento
no se detiene ni un momento,
ni un solo instante.
¡Ay apatia!
Ay apatia...