¿Cómo no adorarte?
Dos ventanas azules se abren para mi, las contemplo, me tientan.-
Dos enormes mares se agitan para mi, los siento, me invitan.-
De pronto, toda mi vida se vuelve azul, mis días, mis horas, mis noches
y esos dulces ratos en los que agonizo, sudando azul, llorando azul,
sangrando azul.-
Y en medio de este vivir, tu luz, amarilla toda, complaciendome, gozándome
con suavidad, como si esperara algo, ¿pero qué?
Tus ojos de gato me acarician con celo, y yo, desde mi baúl,
acepto desvergonzadamente tu entrega.-