Teme la Luna y el horror que ella carga
pues en su sopor de rayos en plata
emite quejidos que al ánima daña,
fecunda la noche con su luz que no mata
dolores, tristezas, que feliz amamanta.
Hembra núbil de tragedias que cantan
alborozo y contento por carnes que matan,
en los lagos, horrores, se acrecientan y aman
con bríos insondables corduras que marcan
desespero, suspiro y trama de formas y formas que ya te percatan.