David Arthur

El consuelo de la tarde

 

 

Como si el sol poniente me privara hábilmente

del yugo de las tribulaciones del día,

entro en un santuario de serenidad,

me entrego al consuelo de la tarde

 

Una tranquilidad difunde su benevolencia

sobre un mar en calma,

acariciando suavemente una orilla ardiente,

agradecida por los abrazos refrescantes

 

Una bandada de gaviotas, con rumbo mar adentro,

rompe el silencio con sus saludos de despida,

la hora azul paulatinamente se desvanece,

el heraldo de las tinieblas usurpadoras

 

En la lejanía de la anunciada noche, una luz,

los amantes crean ver el  lucero de la tarde, Héspero,

pero es el trasbordador que regresa a puerto,

llevando sus pasajeros de nuevo a casa

©®