¿Por qué no me llega el amor
en un día lluvioso y me baña
eternamente con gotas suaves
llenas de ternura y pasión?
¿Por qué no me visita
cuando frías son las noches
y me abraza llenándome
de calor y complicidad?
O quizás en una tarde de verano
enmedio del intenso calor,
refrescando mis emociones,
y calmando así, mis ansias.
¡Ay, el amor!...
Tan fácil que es desearlo,
entregarlo sin reservas,
¡y tan difícil de obtenerlo!
Anna Gutiérrez