Llevo un mes entero sentado en este viejo sofá.
En su parte izquierda descanso todos los días,
mi cabeza está tarada de tanto reflexionar.
Soy un ciego prisionero en busca de claridad,
como un canario enjaulado que no tiene libertad...
Las horas llegan cansinas a este viejo sofá.
Mis pensamientos se pierden, se sumergen en
tiempos que ya no existen y yo no quiero, no
/deseo recordar/.
Si pudiera correría por las fronteras del mundo,
saludando a los hermanos, dando vida al ser
/humano/.
Pero estoy atrapado en medio de una pandemia,
de un misterioso enemigo que nos tiene
/prisioneros/
en cárceles de cemento, con mascarillas de trapo
para poder respirar...
¿Cuánto pasaré sentado en este viejo sofá?.
Donde todo se sumerge en tinieblas peregrinas
que caminan sin sentido por los senderos del
/ tiempo/.
Horas que se van gastando, ideas que van
/floreciendo/
los latidos de mi pecho, el olvido del silencio.
Todo tiene su sentido...
La tarde ha bostezado y ya duerme en soledad.