Como las noches fieras e inquietas,
soy el recuerdo de tus insomnios,
hasta se quiebra tu mirada con mi partida
igual que mis espejos rotos.
Hemos de extrañarnos todo,
los secretos de luna llena,
los suspiros de invierno,
las miradas florecidas de miel.
Dependencia de tus brazos,
aquel lugar infinito llamado paz,
dependencia de tu imagen
aquella escultura llamada arte.
Silente espacio deja la ausencia,
la sinfonía del reloj
es la espera de tu llegada,
tu presencia es el vicio de mi adicción.