Rosa Maria Reeder

Siempre nace en la aurora


Le pregunté al cielo por ti
y llovió
planté una flor en tierra fértil
y se ruborizó
nació el paisaje del verano
en mis pupilas
llegando de nuevo en cada hoja verde
y me voy a tu cuna y veo el rocío
cayendo como un velo fresco
tus paredes perfuman los rincones
y el valle se prende de amor
cada sentido del tiempo tiene su vuelo
y toma su siesta sobre la hierba
el viento lleva su canto en el pecho
donde picotea la paloma su fruto
los días de calor proyectan sus fulgores
y a veces llegan las gotitas fugaces
para chocar en las rocas que llevan
la antigüedad de la vida,
siempre nace en la aurora,
en el silencio cuando todo lo que se ama
fue hilado por Dios
no habrá muerte que marchite su ciclo
siempre vuelve ese verano
mostrando su existencia
reverdece el corazón
en las tibias tardes donde llueve otra vez.

 

 

Rosa Maria Reeder
Derechos Reservados