Tu sonrisa es la brisa iridiscente
entre un penar y un gozo desmedido,
opresivo dolor adormecido
colmando mi pasión de vida y muerte.
Tu mirada es llama, fuego ardiente,
suspende mi existir en un suspiro,
y a punto de extinguirse en el olvido
incendia el corazón, amor ferviente.
Tu roce cauteloso ha fragmentado
el cromado perfecto de amistad,
que desviste un deseo amordazado
y al sujetar mi mano, el palpitar
concupiscente anhelo ha delatado:
el ansia irrefrenable de besar.