Rafael Escobar

\"MIS DÍAS VIVIDOS\"

 

Igual que los ascetas, viví sin mucha prisa,

buscando las tormentas de amor, con fuego eterno,

y fueron compañeros el viento y suave brisa

en noches de bohemia, de ensueño dulce y tierno.

 

Amores encendidos llenaron mi existencia,

también crucé ventanas en noches estrelladas

bebiendo las pasiones de gran efervescencia,

de alcobas que prohibidas, de amor fueron cascadas.

 

Moteles y cañadas oyeron las promesas

que tantas veces hice, gozando del placer

de cuerpos seductores, de lúbricas tigresas

envueltos con las alas de un fresco atardecer.

 

Quizás de algunos ojos nació el mejor poema

que pude haber escrito, con grande devoción

al fuego que tenían, con flama que nos quema

con esas sus miradas de mágica erupción.

 

Sentí de manos suaves la lluvia de caricias

con esa gran frescura de estepa tropical;

que dieron el destello de hermosas impudicias

que llenan nuestras vidas de luz tan sideral.

 

Ahora que preparo con calma mi equipaje,

sin penas, sin angustias, sin llantos, sin rencor;

deseo ardientemente que cuando inicie el viaje

me nazcan desde el alma los lirios del amor.

 

Y partiré cantando lo mismo que he vivido

quizás alguna tarde que alumbre mucho el sol;

que guíe mi camino por lo desconocido

con una luz divina de espléndido arrebol.

 

Autor: Aníbal Rodríguez.