Franz Natera

Donde tú me olvidas

Tus bellos ojos de esmeralda

no conservan ya su brillo;

tus grandes ojos fijos

ya no se fijan en nada.

 

Las flores poco a poco van perdiendo el color;

con cada segundo que pasa, 

con cada soplo de aire 

que les da la vida,

poco a poco...,

se marchita esa flor.

 

Por cada suspiro se va un tercio de vida,

y mejor no saber cuántas veces he suspirado.

 

Donde muere la flor

nace la fruta que todos, deseosos, quieren comer.

 

Donde muere tu amor

nace mi amor.

 

Donde tú me olvidas,

yo más te recuerdo.

 

Mis ojos actúan con alevosía

y dejan rodar por mis mejillas 

un par de lágrimas cristalinas,

como para decirte que tu inadvertido recuerdo

aún permanece en mi memoria

haciendo y deshaciendo lo que se le viene en gana.

 

Quise sembrarme en el alma una flor inmarcesible,

y sin querer, o por coincidencia,

me sembré un amor con un recuerdo inquebrantable.

 

Tus bellos ojos de esmeralda

no conservan ya su brillo;

y aunque miremos la misma luna,

tú ya no estás conmigo.