oscar perdomo marin

HUMANIDAD

Humanidad

4 de julio de 2014 a las 11:48  

Oscar Perdomo Marín

 

 

HUMANIDAD

 

 

 

¡Oh, dioses de mi antojo, protegedme!

 

Cada miedo de mí, cada quimera

 

deifico en el león, la sierpe cobra

 

la brisa, el agua.

 

 

 

Soy de la tierra del Nilo y agradezco

 

mi desnudez, mis pies, el sol arriba:

 

Amón-Ra, dios eterno, padre mío:

 

¡arena y fuego!

 

 

 

Soy hijo de la luz.

 

Cabalgo en un corcel hacia el poniente

 

cuando amanece en Tebas.

 

 

 

En cada nubecilla descubro una mujer:

 

es mi amor, Nefertere.

 

 

 

Yo la veo, mi amada, cociendo el pan

 

para la gran faena que me espera:

 

Pirámide de Keops, hacia allá voy

 

con mi barca de piedras.

 

 

 

\"Es la misión que tengo\",

 

le recordé a mi amada.

 

 

 

Serán cuarenta noches sin ti, dulce

 

avecilla, tú, la incomparable. Tú:

 

mi regalito de agua amanecida.

 

Tú: mi otro yo.

 

 

 

Y me marché con viento favorable

 

que empujaba las velas y los remos

 

y le conté a la brisa como era mi amada:

 

 

 

¿Nefertere? Te diré quién es ella:

 

 

 

nunca deja de lado la sonrisa

 

¡Ay, cuánto amor!

 

Las manos de mi amada,

 

el olor de mujer que me arrebata.

 

 

 

Mi amada es canto de miel cada mañana.

 

 

 

Nefertere, así la llaman

 

¡Y yo la nombro TODO porque es reina!

 

 

 

Nefertere, mi Nefertere, la preciosa;

 

la joya codiciada del Oriente,

 

gula del Faraón que nunca pudo

 

degustarla en su mesa.

 

 

 

No volví a verla cuando el sueño eterno

 

me llevó en sus alas.

 

 

 

Mil años posteriores en el tiempo

 

la descubrí en París.

 

Pasé de largo y en pleno Siglo Veinte,

 

volvió a tostarme el pan en una alcoba.

 

 

 

Era ella, la presentí

 

Cuando horadé su cuerpo.

 

Era el Nilo de vuelta

 

y yo, mi barca, rio

 

 

 arriba remontando

hacia Keops.

 

 

 

El amor siempre fue lo que ahora es:

 

Un beso permanente por la vida;

 

la savia primordial,

 

el mismo vino que se añeja en la piel,

 

el pan que multiplica:

 

Se llama Humanidad.

 

 

 

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Caracas, 4-7-2014