Las líneas ferroviarias cúspides de pie
huellas fragmentadas ineptas caricias volátiles
en lo hueco del árbol sinuoso y en la vetusta expresión
de sueños dispersos. Retroceden herméticas
las llaves asediadas como pájaros o palomas,
rotundidades cabales, voluntades firmes, cuerpos apenas
desmadejados, siluetas uniformes que marcan su ritmo.
En las geometrías saciadas, en los hormigueos distantes,
en las cerraduras soñadas de espaciosas columnas
que abren las puertas de siglos de osadías y rectángulos.
En delirantes signos encubiertos bajos los párpados
en rituales esencias de cuerpos bien embetunados,
párpados indecisos párpados imprecisos, nostálgicos vaivenes
de andaluces porquerizas.
Sin voz. Sometido a las crueldades
sin voz expresión de ritmos estivales,
sin voz, extensión de riquezas bulliciosas-.
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