Hojas blancas, de mañana, aire puro que impulsa a vivir
Algunos hemos sido engañados por el torturador, él espera lo peor de mí
La venda cayó de los ojos para que la claridad se hiciera presente
Veo niños sonriendo, recuerdo que una vez me vi igual
El buen conductor no mira hacia atrás, ni siquiera por error
Los bondadosos miran más allá, se deleitan con matices de colores después de la lluvia
Cuando el cielo empieza a nublarse y aparece una nube gris
Son capaces de notar que la magia está por ocurrir
Cómo el talentoso poeta, aquél penansante en complejidad
El que todos admiran y piensa antes de hablar
Virtuoso, escritor a partir del corazón, para quien es un privilegio plasmar amor
Hombre con una deuda enorme por saldar, a punto de encarar al juez compasivo
Desde el inicio hasta el final será fuere y resistente, siempre vivirá así
Los bondadosos logran ver más allá, a ellos las ataduras no les impiden llegar alto
Las distancias no impiden sentir, los recuerdos son caricias de añoranza
Todo era culpa de la inescrupulosa venda que ataba la apreciación verdadera
Los grilletes se han roto, la ligereza es incomparable ante la mayor astucia
Ellos miran más allá y ahora soy uno de esos virtuosos
Nada nos detuvo, fuimos pacientes, perseverantes, por ello estamos aquí
La guerra no terminó, pues la oscuridad esta furiosa pero no conoce la luminosidad que obtuvimos al resistir con amor
Deberían temer a nuestro reflejo, ya que se miraran y contemplarán el horror de su apariencia, creada por el rencor
Ellos siempre vieron más allá, por esto no podíamos coincidir
Sería un placer mirar así, todo es bueno y los defectos son inapreciables
Me veré reflejado en ellos, esos hombres hechos se verdad, honestos del inicio al final.