Dejé que sus uñas rasgaran las heridas de mi espalda.
Lloré como un bebé al que arrancan la madre de su boca.
Sangré cada grieta del pasado.
Y soplé hasta expulsar cada demonio.
Y quedé sin nada, sin heridas, sin llantos, sin demonios.
Esperando el sol, mi desnudez frente a la nada.
Filipp.F.A