Cavilaciones
Con grandes cavilaciones
se encontraba aquel poeta,
observando los planetas
dando sus definiciones,
de las que creía ciertas.
¿Todo poeta en la noche
no baja del cielo estrellas,
eligiendo las más bellas
de las que lucen la noche,
cuando escribe sus cuartetas?.
¡Pues yo monto en un cometa
recorriendo el universo
para recoger los versos
mandados por los poetas
a la luz del firmamento!.
¿No recogen los poetas
estrellas de filamentos
y le cuenta sus lamentos
cuando está escribiendo letras
para poemas o cuentos?.
De noche me baño en sueños
con aroma de mis letras
para ser su propio dueño,
quiero escribir mis cuartetas
con los mejores empeños.
Oliendo a flor de romero
brillando baja la luna,
con estelas de luceros
al son que toca la tuna;
versos, poemas de Homero.
Están por el universo
repartidas las estrellas,
porque en las noches más bellas
los que se sienten poetas,
al cielo mandan sus versos.
Casi tantos como estrellas
por el infinito cielo,
que la mandan con desvelo
escribiendo los poetas
con papel pluma y tintero.
Y las letras más bonitas
están escritas de estrellas
que, abrazar se dejan ellas
por los cantos tan cautivos
que le mandan los poetas.
Al escuchar esos versos
me tratarán de locura,
¿Acaso soy un poseso?
siento que son esas dudas
las que a mí me tengan preso.
Tan solo pensad un poco
cómo somos los poetas,
bajando siempre del cielo
estrellas con sus planetas
todas llenitas de celo.
José Ares Mateos