Me había avisado de todos sus desencuentros,
De su vida vacía,
De los amores eternos.
Yo me escurría con un poco de miedo.
Su vida ya no tenía sentido, su voz
Ya no decía “te quiero”.
Una vez confesó uno a uno sus desengaños.
Decía que no soportaba más
Otro día a mi lado.
Se miraba los pies y pasaba de largo.
No quería ni responder,
Pero tampoco hacerme daño.
Sólo cuando rompía a llorar,
Ella se ovillaba en mis brazos. Entonces
Ya no la dejaba hablar,
Le cubría de besos los labios.
Sabía muy bien que nunca le mentiría
Si se acercaba demasiado a la luna
Con ese fuego interior
Que le vaciaba la vida.
Y al final….Al final
Ella se dejaba llevar.
Yo la dejaba que hiciera
Agarrados de la mano.
Ella creía de nuevo que era feliz.
Y yo que todavía la amo.