...escucho los suspiros de la noche,
las plegarias del desafortunado,
los cánticos de aquellas almas elocuentes que se aferran a una promesa falsa,
como lograr aceptar tu ausencia si antes de ti solamente el vacío gritaba mi nombre,
no lo sé,
ahora le sonrió a la vida solamente a través del agridulce sabor del recuerdo,
y la cordura no conoce mi paradero,
búscame,
y déjame perder está agonía que ahora se aferra a mi tal cual amante obsesivo.