Amado mío… dices que deseas …
Mis mañanas llenas del sol
Que se asoma por la ventana
Y me cubre con su luz dorada
Una aparición en arrebol…
Y dime… ¿Qué deseas?
Que sólo a ti querido mío te vea…
Con inspiración e idolátrica devoción
Suspirando acompañada de tus latidos
Cuando uso tu pecho de almohada
Y cabalgan mis anhelos por tu cuerpo
Y me siento entre tus piernas y tu sexo
Que se muere por tenerme sometida
A tus caprichos y deseos… tan dulces y tan tiernos
Y en ocasiones arrebatadoramente perversos…
Amado mío… dices que deseas …
Mis noches… mis tardes… mi alegría
Mi sonrisa franca y extendida
Mi boca entreabriendo para ti
La miel de unos besos que se escapan
Por tu cuerpo de roca, por tu piel ardorosa
Cuando jugueteas con los petalos de mi rosa
Que se abre solamente para ti
Amado mío… dices que deseas …
Recorrer sin prisa o desenfado
La ruta que hábilmente has trazado
Para despertar un anhelo tan dormido
Que ignoraba tu presencia, tu cercanía
y que has atrapado junto al alma mía…
Y dime… dímelo ahora… ¿Qué deseas?
Carmen Lidia Feliciano Flores
Julio 31/ 2010 12:10 am
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