...me paro sobre las fauces abiertas del vacío,
Las cenizas rojas del bosque quemado viajan sobre las ráfagas abrasadoras,
Besando mi cara con labios ardientes,
Las brasas de los robles y los pinos brillan intensamente contra la noche que espera nerviosamente,
Dentro del pozo sin fin me arriesgué a mirar,
Al fondo, profundos lagos de fuego líquido que atormentan eternamente las almas de aquellos que están llenos de pecado,
Un mar de locura que devora la esencia de cada ser,
Esperando pacientemente mi descenso,
Los ecos del pasado hacen que mis músculos parezcan de plomo,
Instándome a soltarme y sumergirme en el olvido,
Sobre el otro lado..
Una flor me sonrió desde el borde,
La única belleza viva que quedaba del bosque místico de la vida,
Ahora un desierto de cenizas y sombras venenosas,
Sus pétalos negros y tallo retorcido un trofeo sobre viejas heridas y dolores,
Sus delicadas raíces perforan obstinadamente la piedra,
Alimentándose de esas ardientes aguas de agonía,
Por la eternidad floreciendo con fuego interno,
Una rosa negra con un corazón escarlata,
De lado a lado nos paramos,
Fuimos testigos de como el infierno sucumbió a su propia oscuridad mientras se llena en cenizas,
Y las sombras se devoran así mismas mientras se dispersan de nuestra fuente ardiente de amor,
Caminemos entre las ruinas de la vida y bajo las grises lluvias de ceniza,
Sostén mi mano fuerte para que nuestros corazones palpitantes puedan unificar y sacudir al mundo,
Sé el infierno dentro de mi vacío.
Se mia...