Diego Nicolás García Contreras

Nion

Solía ser chevere cuando estaba loco

Y mi corazón mudo latía con alboroto.

Hoy me abrocho los cocos, 

Los dejó intactos, para percibir el rastro de lo corrupto, del mundo y su fruto, verlo pasar y temblar de disgusto, de miedo, de asco absoluto.

No me den la preponderancia del pensamiento, no me den lo colectivo, no me regalen la postura, no me obsequien el acuerdo mutuo, prefiero la irreverente ironía, el mal del sordo, que no oye los discursos, que no rompe corazones, que no abruma con mal uso del arma afilada, de la lengua desdentada de la opinión apresurada.

 

Hoy soy fresco y me conservo, en mi mente y mi temple, mis razones acomodo, y voy de luto, por la sociedad y su putrefacción.

Plagas luchando contra plagas. 

Acusados en juicios autosentenciados, y no los odios, pero no los oigo, no los quiero más. Te deje de amar absoluto, te deje de merecer orgullo, hoy voy a callar y escaparé de tu vómito. 

 

De tu certeza faláz, de tu nudo cojo. 

 

Hoy dejé de quererte, no quiero tu voto, 

Hoy quemé mi opinión por si me equivoco, y descanso en el remanso de todos los lenguajes, una verdadera pupila.