Furtivo

Cae la tarde

Cae la tarde lentamente,

como al paso de un viejo cansado de andar,

la penumbra baña las formas y esconde los detalles sutiles de las cosas.

Ha caído el imperio del sol!

se ha ido y se ha llevado el esplendor del día.

La nostalgia merodea por las esquinas del corazón

Y un recuerdo arrebatado al olvido se cuela, en su tenaz porfía,

los amores dejan huellas…

Siempre puede el corazón burlar a la razón evadiéndose entre azahares

clandestino, el pensamiento vuela libre y danza con el aroma del café,

una melodía  desdibuja el tiempo mientras voy y vengo por el ayer,

un oasis de silencio me rescata del estruendo

y me siento a la orilla de los días de un amor audaz, 

tan efímero como intenso, tan audaz como bello.

Los amores dejan marcas...

vestigios del deseo, aun candentes emergen airosos,

y tu nombre se escapa de mi voz tras una sonrisa iluminada,

el conjuro de tus besos de fuego me robaron la calma para siempre

condenándome a este rito primordial, casi pagano

de extrañarte sin reparos, en secreto,

cuando cae la tarde de este invierno, sin prisa… lentamente.

Furtivo