Transparentes cristales de muy finas canteras
van cayendo inclementes, dejando sus senderos
con ligeros torrentes de traviesos aceros,
cubriendo los rosales de magnas primaveras.
Son aromas florales de muy buenas soleras,
provienen de esas fuentes que inspiran los jilgueros,
con sus cantos fervientes, del agua son pioneros,
dejando sus señales en todas las riberas.
La lluvia en su caída, tañe como campana
despierta los sentidos, que aprecian su frescura,
es símbolo de vida, la natural fontana.
Campos verdes, vestidos de celestial tersura,
es belleza surgida de procedencia arcana,
cristales emergidos colmados de ventura.