Gustavo Echegaray

PANDEMIA

Se marchan de sus  jardines

de sus campos no sembrados

de sus huellas en los cerros

sin florales ni  rosarios.

 

Y se alejan solitarios
con la duda bajo el brazo

una sombra en la mirada

una incógnita en el alma.

 

Y se pierden en la nada

tras   el piso de un espejo

arrastrados sin remedio

a una ausencia despiadada.

 

Los  humanos no les lloran,

solo un  nudo en sus gargantas

de terror arrinconados

y  la muerte en lontananza.