Tormenta52

Jóvenes malvados

Me consideraban, bonita.

Con un cuerpo delgado, buenas piernas, buena sonrisa y mi cabello largo todo estaba bien…

Hasta que me di cuenta que era controladora, manipuladora, no me importaba que sintieran, hasta los maestros me miraban, decían que chica tan fresca.

Mi cuerpo era observado, había más chicas lindas, lindas, pero yo era única, la única que los hacía sentir especiales, con mi uniforme y la falda arriba de la rodilla y las calcetas arriba de esta, y luego de un tiempo lo aproveche, todos decían que linda chica y les daba besos en las mejillas.

Todos me miraban. Era encantadora, y no me faltaba barrio para defenderme, sacaba buenas notas tenía inteligencia, jugaba bien los deportes, podía ser lo que yo quisiera y de repente apareció una chica linda, morena, pestañas largas y las mejores piernas, las mejores manos que había visto, esos labios suaves. Atrajo la atención mejor que yo, me quedé impresionada.

Los profes la adoraban, los demás la querían, sus calificaciones subían, entonces me acerque y nos vimos a los ojos, sus pupilas eran negros y olía de maravilla, toque su mano y entrelazo mis dedos me dijo eres lo mejor chica, todos aquí te quieren, eres la más bonita, eres especial.

La bese en la oscuridad, la tome de las caderas, la atraje y se volvió mi mejor amiga.

Yo era especial, bonita y adecuada, los profesores me veían y decían: puedes lograr cualquier cosa, me felicitaban y era el centro de atención, nunca me preocupe por que otros eran más hermosos, jamás me preocupe por que me superaran, nunca lo hacían, entonces crecí y al borde de las lagrimas le dije a mi madre, quiero morir, quiero romper las piernas de los demás, quiero que los demás sufran, quiero que vean que el mundo arde, me volví malvada y nadie lo noto, me volví insegura y señalada, todos me pisotearon, me hicieron daño y me levante sola.

Me pusieron el pie en las costillas, al graduarme les dedique un ultimo poema: crezcan y vuelvan, quemen todo y luego disparen.

Apunten a la cabeza, todos sonrieron y baje las escaleras.