Abro mis ojos y veo el
fantasma de la soledad
invocando a la muerte.
Abro mis ojos y veo que
cuanto más brillan las estrellas,
más crecen las sombras
del miedo.
Abro mis ojos y veo a
los cíclopes atacando
a los centauros.
Abro mis ojos y veo
flores marchitas y fétidas
terminando de matar
un suelo infértil.
Más vale cerrar mis ojos
y escuchar la voz del silencio reconfortante
y despertar en la nada.