Lucy Quaglia

Suelo

Suelo de rocas grandes y duras

que se amontonan sin mucha pena

bajo tus pies en sus zandalias,

en sus zapatos, sus botas negras

sus mocasines, sus tacos altos

corriendo locos sin fin en mano.

Suelo que cruje bajo mi paso,

que se hace verde para el descanso,

que mueve a todos al esperarlos

cuando sostiene los que pasamos.

Suelo sediento, lleno de gracia,

con su silencio de la elegancia

que busca agua debajo el prado

y encuentra pena si la mostramos.

Suelo querido, cuánto te extraño,

cuánto te añoro, cuánto demando

si es que pudieras ver de antemano

que acá lo fértil nunca está a mano.