La luz siguió encendida, según cuentan,
en un triste balcón que verse puede,
bajo un toldo extensible, color verde,
con plantas en macetas, secas, muertas,
en una calle triste de Madrid;
balcón que ayer pintaban de colores,
geranios, gitanillas y otras flores,
y que hoy es una horrenda cicatriz*
de esta pandemia cruel: sus cuidadores
un matrimonio que moraba allí,
han muerto, como tantos, de CoVid
ese mal que se ceba en los mayores.
Mudados a otro barrio, en gloria y paz,
descansan ya Pilar y José Luis
sus flores no han podido resistir
la ausencia prolongada de Pilar.
Tal vez alegren su balcón allí,
en otro mundo, allende Embajadores,
geranios, gitanillas y otras flores,
de tonos entre rosa y carmesí.
@ Xabier Abando, 20/06/2020
(*) Estos balcones muertos, secos, tristes,
lo decía José Antonio Bautista,
que, además de vecino, es periodista,
de esta pandemia cruel son cicatrices.
https://verne.elpais.com/verne/2020/06/09/articulo/1591699533_395480.html https://cadenaser.com/ser/2020/06/08/sociedad/1591626112_829174.html?ssm=whatsapp