Un brillo especial iluminaba la noche entera cuando te descubrí entre las estrellas más fugaces, parecía un día cualquiera, mirando lo que tú también mirabas, escribiendo lo que también escribías, nada presagiaba lo que sucedería; pero ya estaba escrito.
Compartimos sutiles sentimientos, los que flotan en el mismo momento, respiramos juntos y nuestros alientos cruzaron los mares. Recuerdo una enorme paz en mi alma cuando encontré la tuya, en un tiempo inmedible pero certero como un rayo de luz al despertar.
Estimada amiga, te veo desde una ingenua brecha de tiempo, en un espacio pleno, tu brillo asoma en cada colina que se pierde entre los cielos, nada imaginaba una amistad como la que gozamos.
Aquí no existe el sueño del príncipe y la reina, nos conocimos en un sueño queriendo ser solo poetas, y nuestros versos se fueron abrazando como enredadera trepando el alma.
Esta noche, te enviaré un beso mágico mirando hacia tu noche, y cuando apoyes la sien sobre la almohada, una luz especial brillara en tus ojos, una luz que te hablará de nuestra amistad...mientras te muestra la estrella donde encontré tu amistad.