Es de ella en palor victorioso
a la faz de los labios en rojo
y guedejas que bordean en su ojo
los suspiros del beso precioso;
Es de vestes a su silencio glorioso
de blanco, de negro y vino al despojo,
por su gemido, suspiro y reojo
junto a los placeres en su pecho brioso;
Es por su pose de albal en delirio
y del ocaso en desnudos de estío
a la fantasía de sus muslos sin frío…
Es del nepente de su boca en martirio
y por su aroma de pasiones cual cirio
que devora a largos placeres todo lo mío.