Hoy recuerdo el lejano ayer
en que nuestras miradas juntas se acariciaron,
los verdes embelesos de tus ojos
que una acerada espina en mi corazón clavaron,
las lágrimas que el álgido fuego
de tus tersos pétalos apagaron,
los rojos besos que en los aromas de la noche
con su dulce néctar embriagaron nuestros labios,
los suaves suspiros que en el rumor del silencio
el espejo de la luna empañaron...
Hoy ya no es aquel lejano ayer.
Hoy las llamas de nuestro amor se han apagado,
ya no hay besos ni caricias entre tú y yo;
entre tú y yo sólo hay un silencio agrio
que los inhóspitos vientos del norte
trajeron de aquellos enamorados años.
En las alas del viento