Profundo soñador, inquieto sueña,
sueños del oriundo deber cumplido;
lleno de amor, que siempre habrá construido,
pilares fuertes con lo que reseña.
Luz que ilumina senda a quien enseña
fuerza constante en consentido nido,
viento del mar soplando con su ruido,
luchando contra dudas que desdeña.
Grandeza del mentor, como un ancestro
que su conocimiento y dicción vibra,
con su labor que nunca defenestro.
Brisa que sonora el tiempo calibra
con su cantar, cantando va el maestro,
canto que de ignorancia al pueblo libra.
¿De qué está hecha su fibra?
Deme a elegir sin pena y sin temores
que también se les llama: ¡Profesores!