Alfredo Saez

-El Monito del Organillero-

¡Monedas de plata!
 tú por ellas bailas, simiesco;

y sin ellas, un pobre mono te ves.

-“Ellas en mis manos ligeras

con su brillantino color de áurea codicia,

visten mis fríos y desvisten debilidades

que hube de bregar en su pos”.

Veleidosas giraron en traidora redondez

yendo furtivas a novicias y ávidas arcas.

Guardo la soledad de ese ignoto que padece

confesionario lego de un banco fundido,

y expone la hipnosis aletargante de sus deudas.

Balsámicos y lúgubres seràn  los lamentos caídos

junto a las hojas caducas de un vil precipicio.