Alexandra Quintanilla

Como nadie

Hay personas que no son como otras, a lo que me refiero es que no piensan igual, no andan, no hablan igual y en el figurado arte de amar no saben, no tocan, no cantan, no inspiran, no aspiran y por ende no besan como otras. Lo común se les escapa de las manos que sin querer ni planearlo resultan siendo extraordinarios. Temo gravemente a estos seres inusuales. Perderlos es perder paz, noches, estrellas, memoria, luz, sentido. Adentrarte nuevamente a las tinieblas, su ausencia es el retorno al mundo de los iguales, el de los aburridos cuerdos, condenados a soñar siempre lo mismo.