He dejado en ti parte de mi ser,
gotas de savia viva, amaneceres.
Abrazos bordados de pasión
y tantas profundas miradas.
He dejado mi aliento en tu piel,
mi corazón latiendo en brazas,
abrazos y besos desconsolados,
y el calor de verano en tu cama.
He dejado mi sombra atada a ti,
para que siga tu huella y mañana,
pendiendo de tu cuello y pechos,
como collar de perlas y lágrimas.
He dejado a tu lado la esperanza,
la luz desnuda de todas mis albas,
un silencio tan denso de palabras,
para que sea lluvia en tus entrañas.