Nazaret Muñoz

Mi más sublime lamento.

Mi más sublime lamento.

 

Ni el más triste recuerdo
recordando aquel sueño que
como polvo en el suelo
se esfumo sin anhelo.

El viento de tus suspiros y
aquel obsceno deseo
que en la tierra prometida
rogara por su vida.

Tan sublime es tu sonrisa
como la brisa del mediodía,
que en un mundo sin amor
brillara con fervor.

La brisa del océano
volara con recelo
por aquel bello recuerdo
que entre las olas está perdido
y que entre los mares
ha sido recibido.