Del sistema
Con la mente fija en el diario atino,
sucedió el pesar que acá describo.
Sin parpadear me hallé fuera del camino.
Lo tomé con calma, sin perder estribos.
El sistema aqueja y sus leyes ayudan.
En el servidor se refleja y es ahí que repugnan,
aquellas incompetencias
que de los popes resultan.
Si en el juego participo
Y me obliga a ser ladino
no contemplo los principios
Y por ello desatino.
Tan grotesco que aborrezco.
Tan tramposo que me asombro.
Tan injusto que me asusto.
Tan siniestro y despiadado,
Que resigno hasta el enfado.