Pordiosera de vista de marmol
con luto de corrido, con las penas
arrastradas y en pena que pepenas
con tu pecho abierto ante el chac mool.
En eterna apatía, al ser tú amol,
tu mirada ve al cielo, las ajenas
al infierno, y caminas por arenas
heladas con destino de timol.
Naciste humana, con cara de ruego,
con mano que llora, y bote que suenas,
suena en espera de entrega fallida.
Eres pobre y devorada en el fuego,
y ante el desprecio siempre te serenas,
pordiosera, Dios te bendiga en vida.