Fabricio Terán

Pena

lloro tu perro

lloro tus plantas

soy el invasor me alimento

de alegrías que no son

mías

siempre después llega el llanto

dónde está Señor

de tu amor omnipotente

el hálito

para preservar la flor

que tirita en las noches sola

y el ánima

que es toda ternura

inclusive

con aquel que no tiene corazón

por qué

no hay la promesa

en tu manual en desuso

de un Cielo donde corra

libre

ya de nuestras miserias e ineptitudes

el peso

de sus tristezas me toca

cargar por la vida

empinada hostil fatal