lloro tu perro
lloro tus plantas
soy el invasor me alimento
de alegrías que no son
mías
siempre después llega el llanto
dónde está Señor
de tu amor omnipotente
el hálito
para preservar la flor
que tirita en las noches sola
y el ánima
que es toda ternura
inclusive
con aquel que no tiene corazón
por qué
no hay la promesa
en tu manual en desuso
de un Cielo donde corra
libre
ya de nuestras miserias e ineptitudes
el peso
de sus tristezas me toca
cargar por la vida
empinada hostil fatal