Ojalá pudiera decir cómo me siento ahora: ajena, no propia, escondida, detrás de mis propias sombras. No hay identidad, sino medias identidades quejumbrosas, pobres, miserables, lúgubres, espantosas, que cantan, que rien, que lloran. Ojalá pudiera decir algo con claridad y no medios versos con ideas contradictorias: en mi no hay nadie, no hay nada. Nunca nadie dijo nada...
Quisiera desbordarme de tristeza pero no se agota, mi tristeza es pobre, mediana, pequeña e irrisoria...como yo. Mi tristeza está encerrada en las mismas condiciones de los años, en los mismos pasos, en las mismas razones... mi tristeza no cambia, ni me cambia, ni me profundiza, ni me transforma, mi tristeza me detiene en las mismas formas...de siempre, las mismas formas.