Ya en mi época se veía que carreras como filosofía,
no tenía salidas, así que hice ciencias económicas,
pero de siempre he amado la retorica y la oratoria,
me hubiera gustado haber sido un buen abogado.
Pero a lo que iba, ser filosofo tiene sus ventajas,
siempre de joven eres un chico un poco raro,
al menos eso piensan tus amigos, pero las chicas,
se sorprenden de tus palabras, de tus silencios.
Tus pensamientos se centran en ellas,
siempre he sabido decir lo que las chicas querían,
y siempre nadie esperaba que alguna chica le gustara,
no porque no fuera guapo, que lo soy, sino porque no voy de nada.
Ser filósofo es ser amante de la sensibilidad,
y hay muchas mujeres que les importa en un hombre la cabeza,
no a todas, a las menos superficiales, a las más raras, algunas te llaman plasta.
Mis amigos que me conocen sabían que yo si iba detrás de una, casi siempre la conseguía.
También, es cierto influía mi pesada y enorme insistencia.
Ahora pienso que los filósofos, las personas cultas, no abundan,
es un error de esta sociedad futbolística y superficial,
incluso los filósofos nos escondemos, aceptamos parecer normales,
pero por lo menos todo lo cuestionamos y al final nos respetan.
Yo aprendí a hablar de futbol, me integre, preferí casi siempre ser normal,
eso no evita que sienta a veces nihilidad y tremenda aversión a todo lo superficial.
Pero casi todos mis mejores amigos son extremadamente cultos,
porque yo lo que más admiro es la cultura, yo no admiro la riqueza.
Me da mucha pena la extrema competencia y los individualismos,
para mí la mayor riqueza es ser una persona que continuamente piensa.
Así que si ahora me ven filosofo o raro ya no me importa.