En mi jardín aletea un colibrí,
cubierto con ropajes de un amirí.
Revolotea sobre las frescas flores
succionando su néctar con primores,
eran sus movimientos seductores
de miradas de niños cazadores.
Cargaban redecillas en sus manos,
para cogerlo, hacían pujos vanos.
Con espanto miraba el grillo cri cri
sin esconder sus lóbregos temores,
unía sus esqueléticas manos.
Copyright Milye Florian