Surgirás como manzano cubierto de rocío
gloria de cupido, cristalino cielo,
no habrá indicios vanos
ni celos tiranos, ni destierros cautivos
Aparecerá la armadura de Dios
y vendrá en surtidores de oro y plata,
el cielo será azul, tierno y placido
mi espíritu ya no errará.
Se frustrarán las pasiones,
las colinas agudas se agitaran al viento
la hojarasca no será húmeda vestidura,
todas las ninfas despertaran sus voces.
Un piano viejo y mustio
resonará ilusorias cantatas de delirio,
brumas y sauces llorones
percibirán el aliento de las garzas
El ramaje del otoño
será un pasto de ensueños y esperanzas,
luciérnagas y caléndulas
brillaran por una alameda estival.
El grito de los búhos
posados en iglesias góticas
retumbarán el orbe
para ahuyentar la soledad.