Fue mártir de la Memphis abrileña, King, el bautista del clamor humanitario
“-Si el mundo se fuera a desintegrar mañana, yo igual hoy plantaría mi manzano.”
Por aleve gravedad del drama del gran Luther, beso de la abuela añosa al relicario:
-¿Y qué será de los perales? Pobres mentones de dulces sabores a la mano.
Augurio non témpore del Martín de los humildes, Apocalipsis de esperanzas
Cuando el indicador asterisco nos traslade con santa prisa de brisa planetaria
A caminos de renovados soles tributarios, novicias lunas de benditas romanzas
Inédito itinerario de nacientes peregrinos que abrevarán en mega Casa hospitalaria.
Himnos, odas y salmos elevan el diagrama perfecto de una polifonía diamantina
En tanto se apaciguan las añejas probanzas, los pérfidos odios e insanos extravíos
Es la última permuta de dioses perimidos con la naciente teogonía argentina
que purifica los espíritus con clara axiología, expulsora de la antigua en todos los navíos…