Dulce eres,
Amada mía,
escuchando los mis amores,
rayando el alba
los montes
en verde prado recostada.
Dulce eres,
Amado mío,
encendido fuego me quema,
muriendo estoy
de amor, muriendo
yo estoy por ti.
Lumbre por valles el Sol tiende,
aire claro corriendo viene...
Ardiendo voy por vos,
enajenado de locura
causa tú diste.
Vayamos a otro río
a verter el hondo querer
que os tengo.
Amado mío,
luz atraviesa mi pecho
entre la brisa de tu huerto.
Las manos nos cogemos,
el canto
del ruiseñor
endulza el beso que nos damos.
Momentos de miel,
Amada mía,
nos acercan el beso,
corazones se están
teniendo
-"que son el tuyo y el mío"-.
Besamos,
acariciamos,
ardemos...
-te siento mía-.
(No besos de papel
yo quiero
-vida no tienen dentro,
besos de papel,no:
no hay enamoramiento.)
(Salvador)