Lo nuestro entre nosotros no termina,
el hijo que dejaste de mi lado,
es fruto del amor que fue sagrado,
razón que considero tan divina.
Mi cielo se ha cubierto de neblina,
sin avisar al cielo te has marchado,
con rumbo al horizonte ya has volado,
como ave que se pierde en la colina.
Luchando por la vida tan valiente,
tan firme con la vista por delante,
cubierta de un talento sorprendente.
Revive tu recuerdo tan constante,
el brillo de tus ojos reluciente,
la fuerza de tu imagen dominante.