Danny McGee

UN EDÉN DEL ALTO VUELO.

UN EDÉN DEL ALTO VUELO.

 
A veces creo que las flores solamente perfumaban para regresarle la fragancia que a su piel pertenecía y que la belleza puesta en cada pétalo se alzaba en honor a la pintura de sus labios, al sabor de unos besos invadidos por la magia de lo que yo había observado.
A veces creo que un jardín como el de ella al caminar, no ha de verse más que en un edén del alto vuelo, en uno del mañana que por esta vez desconocemos, pero que invita a entrar a un sueño en donde ella a todo le crea una sonrisa: como ángel, eso era ante mi vista.